En este fútbol más vertiginoso que la vida misma, los llamados “proyectos” se esfuman con la primera racha de resultados negativos. Salvo contadas excepciones, como la de Lanús, Boca, Velez (en menor medida Tigre), con distintos matices y realidades, el resto se divide entre los que arman sus equipos a los “ponchazos” y tirando manotazos, como River, Racing e Independiente; los que dependen de un “mecenas” que arrime dinero (San Lorenzo con Tinelli), los rosarinos, que aún en tiempos que no son buenos siguen generando algunas figuras de sus casi siempre bien provistas divisiones inferiores, y los que hacen lo que pueden.

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No incluyo en ninguna categoría a Colón, pues considero que su realidad —ahora más tranquila si se mira la tabla de promedios, pero no despojada de necesarios cuidados— empieza a modificarse a partir de algunas decisiones que resultan saludables y que representan una apuesta de cara a un futuro por el que se está trabajando.Como toda “apuesta”, se puede ganar o perder. Nada en fútbol asegura el éxito, pero convengamos que quienes mantienen sus cuentas relativamente ordenadas y tienen claro cuál es el camino deportivo a seguir, consiguen objetivos que los otros ven pasar por el costado. No fue casualidad que Lanús haya salido campeón, ni tampoco que haya estado cerca en el torneo anterior (la peleó casi hasta la última fecha) ni tampoco es casualidad que ahora se hable de que tiene uno de los mejores equipos del fútbol argentino. Hay coherencia en todo lo que se hace en ese club desde hace un tiempo, que parte de una claridad institucional que, por ejemplo, no se ruboriza en poner a un técnico de 27 ó 28 años como Zubeldía en reemplazo de Cabrero, sabiendo que es el hombre ideal, por conocimiento de los jugadores, del club y del proyecto, para continuar un sendero por el que se viene transitando desde hace bastante tiempo.Decía que Boca es algo similar aunque con distintos matices. Por un lado, lo económico, porque Boca es el club más poderoso del fútbol argentino y es capaz de vender en 8 palos verdes a un jugador como Dátolo, que por más bueno que sea, si tuviese la camiseta de Colón o la de Arsenal, seguramente valdría mucho menos. Boca resolvió, ante la veteranía de su plantel, empezar a promover los frutos de una labor que empezó en los tiempos de Macri y que tuvo como cerebro inicial a Jorge Griffa. Hoy, Viatri, Noir, Roncaglia, Forlín, Fondacaro, Muñoz, Benavides, Gaitán y hasta los arqueros Ayala y García, son nombres que empiezan a sonar con dulzura en los exigentes oídos de los hinchas “xeneizes”, tan acostumbrados en esta última década a gritar éxitos.

Eso sí, Ischia, el hombre que hizo debutar a tantos de estos nombres que hasta hace un año atrás eran ignotos desconocidos, precisó de un campeonato para seguir; y también se condicionó a la aparición de Carlos Bianchi en un cargo con rango dirigencial, pero igualmente útil como soporte o respaldo de su labor, aunque todos se empeñen, empezando por el propio Bianchi, en decir que no digita titulares, que no arma el equipo, que no plantea estrategias y que no pertenece al vestuario.

¡Dos años!

Ischia tiene un año más de contrato, Gorosito también, Russo firmó por uno en San Lorenzo . No sobran los entrenadores que gocen de un respaldo llevado a los papeles en forma explícita. Carlos Roldán lleva cinco años dirigiendo San Martín de Tucumán, pero, a lo Chabay en ese mismo club, lo llevó desde la Liga tucumana a Primera División. Premio a su esfuerzo, claro está, pero también a una coherencia dirigencial casi única en los tiempos que se viven.Anteayer, la dirigencia de Colón rubricó en los papeles lo prometido: dos años de contrato para el Turco Mohamed. ¿Por qué?, es la pregunta que se le hizo a los dirigentes, “porque nuestro proyecto es a dos años, que es lo que tenemos de mandato. Y porque vemos al Turco absolutamente compenetrado en lo que pretendemos, deportivamente hablando, para la institución”.No es caprichoso lo de la dirigencia. ¿Qué han encontrado en Mohamed?: 1) Un técnico capaz; 2) comprometido; 3) un hombre que supo armar el grupo, los jugadores lo respetan y cuenta con el indispensable aval del vestuario; 4) un tipo que va a ver a las inferiores, que va a ver los partidos de la reserva por más que se juegue en otro día y no como aperitivo de la Primera, y que hasta va a ver los partidos de la Liga como lo hizo hace algunas noches en La Perla del Oeste; 5) un tipo que se ganó al hincha (el sábado pasado, después de Fuertes, fue el más aplaudido).

No habla, los pone

Estas son algunos argumentos, todos válidos e importantes, que avalan la apuesta de la dirigencia. Porque atención, así como se quiere dar pruebas concretas de la apuesta a un proyecto firmando un contrato por dos años con un entrenador que no gana “2,50 pesos”, también hay que decir que si al Turco, eventualmente, las cosas le empiezan a ir mal y los resultados lo condenan, una rescisión de contrato le costaría mucho dinero al club. Por lo visto, nadie en Colón piensa que una mala racha torcerá el rumbo y hay mucha convicción en lo que se acaba de rubricar.De todos modos, hay un elemento que, a mi entender resulta aún más valedero: el Turco no habla de apostar y darle oportunidades a las inferiores; pone a los jugadores de abajo. Y los banca. Y además, lo dice: “Fabián Castillo va a tener continuidad porque debe mejorar y este es el ejemplo que deben seguir los otros”.Hoy, Marcos Díaz es el segundo arquero, Lucas Acosta y Alfredo Ramírez están adentro y depende de ellos ganarse su lugar definitivamente, Prediger está teniendo continuidad, Ledesma, Bustamante, Facundo Sánchez y Quilez son nombres que no suenan raros a la gente, y habrá otros que irán surgiendo con el tiempo.Colón ha triplicado, por lo menos, su inversión en divisiones inferiores. Construye el predio, tiene previsto mejorar y aumentar su pensión, suscribió convenios con decenas de clubes de la ciudad, la provincia y provincias vecinas, incorporó a un hombre con Rubén Rossi, de experiencia nacional en el tema inferiores, el otro día, ante Central, jugó un chico de 15 años (Loureiro, doble 5), y las preguntas son: ¿cuánto hace que en la reserva no pasa esto?, ¿cuándo pasó alguna vez?, ¿cuál es la edad promedio de este equipo?, ¿quién la dirige? Porque alguna vez se cometieron errores en Colón, cuando por ejemplo se permitió que a la reserva la dirigiese uno de los ayudantes del técnico de la Primera. Y en realidad, la reserva, por tratarse del paso previo a la primera y al profesionalismo, por ende integrada por jugadores que en su mayoría son amateurs o de primeros contratos, tiene que ser patrimonio del club y no del entrenador de turno. Tan patrimonio del club como el proyecto deportivo, al que ahora supo “aggionarse” un técnico como Mohamed y ya empiezan a notarse algunos cambios.

Cuestión de tiempo

Colón no va a ser Lanús ni Boca en breve. Quizás lleve algún tiempo (quizás años) y ahí deberá rendir examen Rossi, Sciacqua y hasta la propia dirigencia. Pero se eligió un camino y se están haciendo cosas que antes no se hacían en Colón.Que el presidente se meta en el vestuario de la Liga después de un partido como si allí adentro haya profesionales, que arme reuniones semanales con Rossi y los técnicos, que Rossi diga que muy pocas veces le pasó lo que le está pasando ahora en Colón, en el sentido de tener un trato directo con el técnico de la Primera y con el presidente del club, son signos claros de que se intenta avanzar. Y dentro de ese intento, hay que incluir el aval con dos años de contrato al director técnico, algo no común en el fútbol argentino..

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