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 El seleccionado Argentino, conducido por Sergio Batista, disputará el próximo sábado 24 de Agosto la final del Fútbol Masculino en las olimpíadas de Beijing, China.

Argentina, que viene de ganarle por 3-0 al scratch de Dunga, presentará una sola modificación, la de Fazio (ex Ferro, actualmente en Sevilla de España) por el suspendido Nicolás Pareja. Con un sistema de cuatro defensas, dos medios centros , un mediapunta y tres delanteros, tratará de obtener el oro ante el seleccionado Nigeriano, que presentará un esquema 4-4-2.

Nigeria es un conjunto con jugadores dotados de gran velocidad y aceleración y con un buen manejo técnico de la pelota. Como toda selección africana, en toda competencia de sub-23 o sub-20, queda en duda la edad real de cada futbolista, dado que los registros de nacimiento no son acordes a su edad. Es por eso que se puede ver en cada partido, jugadores con gran desarrollo físico.

Tiene como sus principales jugadores a Obinna, jugador del Chievo Verona de Italia; Okoronkwo, jugador del Hertha de Berlín; Odemwingie, jugador del Lokomotiv Ruso. Su juego se basa en las bandas, juegan el balón en corto hacia los laterales y aprovechan la velocidad de los laterales-volantes, para llegar a situación ofensiva y desnivelar mediante centros al área o remates de media distancia.

Será muy importante el trabajo de los laterales Argentinos (tanto Zabaleta como Monzón) y los relevos de Mascherano y Gago hacia el sector derecho e izquierdo, para no quedar en inferioridad númerica.

El déficit del conjunto nigeriano, a mí criterio, es la falta de un jugador pensante, que marque los ritmos del equipo y que pueda tener la pelota en los momentos que Argentina presione al rival. Es sabido que Riquelme es el jugador que realiza ésta clase de tareas en el conjunto albiceleste y que delega también esa responsabilidad en Messi.

Batista ha sabido relegar esa responsabilidad de enganche en Lionel Messi, función que la está desempeñado realmente muy bien, dándo pases en profundidad a sus compañeros, varias veces a Angel Di María (jugador del Benfica de Portugal) y al «Kun» Aguero. Quiero destacar ésto, porque a diferencia de otras selecciones nacionales, siempre se le dió demasiada responsabilidad a Román Riquelme y si éste era marcado hombre a hombre (como sucedió contra Brasil, Lucas fue la marca) nublaban los inicios ofensivos del equipo. Con Lionel Messi, Riquelme puede delegar ésta función para iniciar los desmarques ofensivos y llegar a posición de gol con Di María y el Kun Aguero.

Los argentinos esperamos que el sábado  Sergio Batista, los jugadores  y el cuerpo técnico puedan colgarse la medalla dorada, como sucedió en el 2002 en Sydney, con Marcelo Bielsa como técnico.

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