Para realizar una correcta interpretación del entrenamiento, debemos conocer el tipo de fibras que estamos trabajando, la densidad de trabajo y el valor energético que requiere.

Fibras lentas: (slow twitch) Gran vascularización y contenido rico en mioglobina. Esto habilita a usar oxígeno en grandes cantidades. Tiene gran tolerancia a la fatiga. El proceso de oxidación es aeróbico. Las unidades motoras que recluta son pequeñas, por lo cuál requiere un gasto neurológico bajo (15 Hz). Los deportes de carrera de fondo son los que generalmente usan éste tipo de fibra y la capacidad de hipertrofia es pequeña.

Fibras rápidas: (Fast twitch) Gran capacidad para la hipertrofia. Se utiliza para el complemento de pesas y subir una cuesta. La densidad de los trabajos es intermedia. Los esfuerzos intermedios las obligan a contar con mayores reservas de glucógeno, el estímulo neurológico es mayor, de 30 Hz. El proceso de oxidación anaeróbico láctico.

Fibras explosivas: Son las fibras que realizan movimientos violentos y cortos. El proceso de oxidación es el anaeróbico aláctico. Para realizar un proceso violento, el cerebro necesita un estímulo entre 50 Hz y 100 Hz. Cuando las fibras explosivas son reclutadas, también se reclutan las fibras rápidas y lentas, generando un importante incremento en la activación neuromuscular.

En aquellos deportes dónde existe contacto físico, se deberá reforzar la zona de contacto. Ahora si la zona de contacto se utiliza también para su ejecución, deberá tenerse mucho cuidado para mantener los estímulos sobre la fuerza explosiva.

Jamás podemos adjudicar un resultado de entrenamiento a un determinado número de repeticiones, si a la intensidad del trabajo.

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